martes, 30 de agosto de 2011

¡¡¡GRACIAS MADRID, GRACIAS JMJ¡¡¡



..."suena Tristeza, miles de personas dirigen su mirada hacia el Cristo de la Caída que, despacio, avanza entre los aplausos de quiénes lo observan, de aquellos que le piden salud, que le rezan, que se impresionan ante una imágen que jamás habían visto y que, probablemente, no volverán a ver. Estamos en la calle Alcalá de Madrid, son las 23,50 horas del Viernes 19 de Agosto de 2011. Úbeda y su Semana Santa son únicas..."

Cada vez que intento recopilar todos y cada uno de los momentos que viví durante los cuatro días que permanecí en la JMJ de Madrid me emociono pensando lo afortunado que soy en poder contarlo, en haberlo vivido en primera persona, en fortalecer mi firmeza cristiana.
A pesar de que muchos hayan querido ver estas Jornadas como algo político, económico o, simplemente, como un espectáculo más, todos los que allí vivimos la experiencia del reencuentro con Cristo, con nuestra fe, con nuestra infancia, todos los que recordamos a aquellos sacerdotes que nos enseñaron canciones alegres y juveniles que hacía mucho tiempo que no cantábamos, todos los que compartimos momentos inolvidables junto al Santo Padre, todos los COFRADES que nos emocionamos ante nuestras imágenes en el impresionante Vía Crucis de Recoletos, todos, hemos conseguido cambiar nuestra forma de ver las cosas, hemos crecido como cristianos y hemos renovado nuestro compromiso con Jesús.
Calle a calle, plaza a plaza, en las cafeterías, en los bares y restaurantes, en las paradas del metro, en los templos, en todos los rincones de la capital de España se respiraba la alegría que los cientos de miles de peregrinos llegados desde todos los países del mundo irradiaban. Era algo contagioso, aunque no quisieras tenías que ponerte a cantar, a hablar, a observar y regocijarte al pensar que nuestra fe, la que nos une esta mucho más arraigada de lo que muchos piensan.
Si a todo esto le sumamos el hecho de asistir junto con la imágen que has llevado en lo más profundo de tu corazón desde pequeño, de llevarla, de prepararla, de montarla y de custodiarla orgulloso mientras que cientos de personas la fotografiaban, le rezaban o se maravillaban mientras tú decías en voz alta, ES EL CRISTO DE LA CAÍDA, DE ÚBEDA, la experiencia sobrepasa todos los límites imaginables.
El durísimo trabajo que muchos directivos de la Cofradía hemos desempeñado durante casi un año se culminó de la mejor manera. ÉL quería estar allí, en Madrid, con los jóvenes, con los cristianos del mundo. ÉL quería fortalecer nuestra fe, esa fe que en muchas ocasiones hemos descuidado por esos avatares de la vida. ÉL y siempre ÉL es el auténtico protagonista de todo.
Esas noches inolvidables con nuestro polo puesto, paseando por Madrid, tomándonos algo con los peregrinos y contándole a la gente lo muchísimo que queremos a nuestro caído quedarán grabadas en nuestros corazones.
Yo no puedo más que agradecer a todos los que quiero y que tuve la enorme fortuna de tener a mi lado durante estos inolvidables días. En primer lugar a mis padres, cofrades de siempre, ellos me han educado en la fe de Cristo y a ellos les debo todo lo que soy. A mi mujer Celia, que sin ser de Úbeda es tanto o más cofrade de la Caída que yo. Verla emocionada con su traje de mantilla puesto mientras nuestro caído desfilaba por la calle Alcalá al son la marcha Agrupación de Cofradías, es algo indescriptible, algo que ÉL me regaló cuando la conocí. No hay día que no le las gracías por haberla puesto en mi camino. A mi hija Aroa, que aunque no pudo estar presente físicamente por su corta edad, estuvo permanentemente en el corazón de su papa y de su mama durante todos y cada uno de los segundos de aquellos maravillosos días.
A Paco, amigo y compañero de fatigas, siempre en los buenos y malos momentos, ámbos nos emocionamos más veces de las que creíamos. Conozco a muy poquita gente tan implicada, tan trabajadora y tan amiga de sus amigos con lo es Paco. Esos ratillos en San Isidro, en las marisquería gallega, en el metro,(si no es por él me hubiera perdido más de una vez y mas de dos, es un máquina), en la piscina del hotel haciendo hora y relajando un poco los músculos... él y Pedro han sido y serán compañeros inseparables en el futuro. Juntos simplemente somos felices, y en Madrid lo hemos sido áun más. Sin ellos todo esto no hubiera sido igual, por ello GRACIAS.
No puedo olvidarme de Manolo, él no pudo estar todos los días en Madrid porque su trabajo se lo impidió, sé que se quedó con las ganas y que merecía estar más que nadie. A veces la vida es injusta con quién menos tiene que serla, pero tengo que decirte que te hechamos muchísimo de menos, más de lo quizás creas, formas parte del cuarteto mágico que ha sembrado la felicidad y la alegría en tantas tardes de confidencias, de trabajo, de discusiones y de cafés en tu tienda. Sé que el día en que llegaste no estuvimos a la altura, quizás el cansancio, quizás los nervios, no se... pero quiero que sepas que jamás será igual todo si tú no estás.
Yo, que quieren que les diga, no puedo más que emocionarme al rememorar todos y cada uno de los momentos que nuestro CRISTO CAÍDO nos hizo vivir en Madrid, ÉL y sólo ÉL ha sido nuestra obsesión, nuestra dedicación, nuestra ilusión, y a ÉL y a Nuestra MADRE DE LA AMARGURA debemos de darles las GRACIAS por permitirnos vivir esos momentos que formarán parte de nuestras vidas.